La muerte de Mussolini
El convoy fue detectado cerca de la localidad de Dongo a las
seis y media de la mañana del 27 de abril por un grupo de partisanos comunistas
de la Brigada Garibaldi dirigidos por Urbano Lazzaro. Después de un primer
intercambio de disparos, y ante la llegada de refuerzos guerrilleros,
Schallmayer accedió a negociar. Los partisanos, que ya habían identificado al
funcionario de la RSI Francesco Barracu, permitieron la retirada de los
alemanes a cambio de la entrega todos los italianos. Cerca de las siete de la
tarde, cuando los partisanos revisaban la documentación de los miembros de la
columna, uno de ellos, Giussepe Negri, reconoció a Mussolini y se lo comunicó a
Lazzaro.36
La misma noche del 27 al 28 de abril la noticia de la
detención de Mussolini llegó a Milán y la hizo pública por radio Sandro
Pertini, futuro Presidente de la República y entonces dirigente del Comité de
Liberación Nacional (CLN), a la vez que anunciaba la decisión del Comité de que
Mussolini debía ser fusilado «como un perro rabioso».
La mañana del día 28 se reunió a Mussolini y a Clara Petacci
en una casa campesina de Dongo y hasta allí llegó desde Milán un grupo de
partisanos comunistas dirigidos por Walter Audisio, con orden de ejecutarlos.
Aunque Mussolini creyó en un primer momento que Audisio venía a liberarlos,
este los llevó en un Fiat 1100 hasta la aldea de Giulino di Mezzegra donde,
junto a la vía XXIV Maggio, y ante las puertas de Villa Belmonte fueron
fusilados a las 16:10.38
Los cadáveres fueron trasladados en la tarde del mismo 28 de
abril en un camión a Milán. En el trayecto no se permitió a nadie acercarse a
los cuerpos, hasta que llegaron el día 29 a la Plaza Loreto de esa ciudad. Allí
fueron sometidos a toda clase de ultrajes por la muchedumbre. El servicio de
policía compuesto por partisanos y bomberos, colgó luego los cadáveres cabeza
abajo en una gasolinera de la plaza.39 Esto se hizo para confirmar públicamente
su muerte, y como gesto de humillación y venganza partisana, ya que en ese
mismo lugar se habían colgado meses atrás los cadáveres de 15 partisanos
antifascistas. El cadáver de Mussolini fue desfigurado a golpes a tal extremo
que su rostro resultó casi irreconocible; algo menos ocurrió con Petacci. Aun
muertos fueron objeto de burlas e incluso fueron colocados uno al lado del otro
para ser fotografiados en la morgue. Horas más tarde los líderes locales del
CLN decidieron cesar la exhibición y retirar los cuerpos, que fueron colocados
en cajones de madera con paja en su interior y retirados para sepultarse en tumbas
anónimas.
Poco después del final de la guerra, el 22 de abril de 1946,
los restos de Mussolini fueron robados del cementerio de Musocco por obra de un
grupo de neofascistas autodenominados «SAM-Squadre d'Azione Mussolini» y
capitaneados por Domenico Leccisi.40 El cuerpo de Mussolini estuvo desaparecido
varios meses. Después de la restitución a la familia, su cadáver fue trasladado
en 1957 a la capilla de Predappio.
El mismo 29 de abril se informó a Adolf Hitler de la muerte
de Mussolini, aunque no está claro si se le transmitieron los detalles de lo
sucedido con su cadáver y el de Clara Petacci. En cualquier caso ya había
tomado la decisión de que los rusos no iban a capturarlo y tampoco iban a
hacerse con su cadáver, por lo que ordenó que el suyo y el de Eva Braun fuesen
quemados después de su suicidio.41 Diversas fuentes han alentado la leyenda de
que la suerte de Mussolini influyó en Hitler; por ejemplo se atribuyó a Göring
una conversación durante los Juicios de Núremberg en la que afirmaba que él y
Hitler habían visto las fotografías de Mussolini colgado boca abajo, cuando
Göring había estado por última vez con Hitler el día de su cumpleaños, ocho
días antes de la muerte de Mussolini.
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